Es cierto que podría haber puesto mil videos de mejor calidad, llenos de fotos o mensajes hermosos acompañando la música, pero he preferido poner éste, pues en él se puede contemplar la cara del genio del jazz expresando con sus gestos mucho más incluso de lo que por sí consigue hacer con su voz.
Y de uno de los grandes, voy a pasar a otro de los grandes, Paul McCartney. Si bien es cierto que ha escrito mucho, y que tiene muchas y muy buenas canciones, hay una que en estos momentos me llega especialmente...
I can wait another day
until I call you
You've only got my
heart on a string and
ev'rything a'flutter.
But another lonely night
- and another and another -
Might take forever.
- And another nother -
We've only got each
other to blame
it's all the same to me love.
'Cause I know what I
feel to be right.
No more lonely nights
no more lonely nights
You're my guiding light
day or night. - I'm always there.
May I never miss the thrill
- and another and another -
Of being near you?
- And another nother -
And if it takes a couple of years
to turn your tears to laughter
I will do what I feel to be right.
No more lonely nights
never be another
no more lonely nights
And I won't go away
until you tell me so
no I'll never go away.
Yes I know what I feel to be right.
No more lonely nights
never be another
no more lonely nights
And I won't go away
until you tell me so
no
I'll never go away
And I won't go away
until you tell me so
no
I'll never go away
No more lonely nights
no
no.
Y es que hay cosas que, si no las compartimos, por muy buenas que sean, nos consumen poco a poco.

Voy a terminar hoy esta entrada con un poema que encontré por casualidad mientras buscaba la imagen que acompaña este texto. Se trata de un poema del poeta mexicano Antonio Plaza:
¿Y temes que otro amor mi amor destruya?
qué mal conoces lo que pasa en mí;
no tengo más que un alma, que es ya tuya,
y un solo corazón, que ya te di.
¿Y temes que placeres borrascosos
arranquen ¡ay! del corazón la fe?
Para mí los placeres son odiosos;
en ti pensar es todo mi placer.
Aquí abundan mujeres deslumbrantes,
reinas que esclavas de la moda son,
y ataviadas de sedas y brillantes,
sus ojos queman, como quema el sol.
De esas bellas fascinan los hechizos,
néctar manan sus labios de carmín;
mas con su arte y su lujo y sus postizos,
ninguna puede compararse a ti.
A pesar de su grande poderío,
carecen de tus gracias y virtud,
y todas ellas juntas, ángel mío,
valer no pueden lo que vales tú.
Es tan ingente tu sin par pureza,
y tan ingente tu hermosura es,
que alzar puede su templo la belleza
con el polvo que oprimes con tus pies.
Con razón me consume negro hastío
desde que te hallas tú lejos de aquí,
y con razón el pensamiento mío
sólo tiene memoria para ti.
Yo pienso en ti con ardoroso empeño,
y siempre miro tu divina faz,
y pronuncio tu nombre cuando sueño.
Y pronuncio tu nombre al despertar.
Si del vaivén del mundo me retiro,
y ávido de estudiar quiero leer,
entre las letras ¡ay! tu imagen miro,
tu linda imagen de mi vida ser.
Late por ti mi corazón de fuego,
te necesito como el alma a Dios;
eres la virgen que idolatro ciego;
eres la gloria con que sueño yo.
qué mal conoces lo que pasa en mí;
no tengo más que un alma, que es ya tuya,
y un solo corazón, que ya te di.
¿Y temes que placeres borrascosos
arranquen ¡ay! del corazón la fe?
Para mí los placeres son odiosos;
en ti pensar es todo mi placer.
Aquí abundan mujeres deslumbrantes,
reinas que esclavas de la moda son,
y ataviadas de sedas y brillantes,
sus ojos queman, como quema el sol.
De esas bellas fascinan los hechizos,
néctar manan sus labios de carmín;
mas con su arte y su lujo y sus postizos,
ninguna puede compararse a ti.
A pesar de su grande poderío,
carecen de tus gracias y virtud,
y todas ellas juntas, ángel mío,
valer no pueden lo que vales tú.
Es tan ingente tu sin par pureza,
y tan ingente tu hermosura es,
que alzar puede su templo la belleza
con el polvo que oprimes con tus pies.
Con razón me consume negro hastío
desde que te hallas tú lejos de aquí,
y con razón el pensamiento mío
sólo tiene memoria para ti.
Yo pienso en ti con ardoroso empeño,
y siempre miro tu divina faz,
y pronuncio tu nombre cuando sueño.
Y pronuncio tu nombre al despertar.
Si del vaivén del mundo me retiro,
y ávido de estudiar quiero leer,
entre las letras ¡ay! tu imagen miro,
tu linda imagen de mi vida ser.
Late por ti mi corazón de fuego,
te necesito como el alma a Dios;
eres la virgen que idolatro ciego;
eres la gloria con que sueño yo.
Gracias por leer los desvarios de un loco enamorado,
Alex
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