martes, 14 de abril de 2009

Mi reino por una sonrisa

Hoy es uno de esos días en los que te das cuenta que hay cosas que nos has sabido valorar lo suficiente, o que las has dado por supuestas o por fáciles, y no hay nada más lejos a la realidad. Hoy he valorado con muchísimo más respeto la labor de aquellos que tienen por oficio arrancarnos una sonrisa. Ellos consiguen con una aparente facilidad algo que hoy a mi me parece muy dificil conseguir, aunque no por ello cejaré en mi esfuerzo.


Hoy alguien a quien aprecio muchísimo, alguien muy importante para mi, necesita que la hagan olvidar sus preocupaciones, que la alejen de todo aquello que la agobia. Permiteme que intente hoy desde este recóndito blog, dibujar de nuevo una de tus maravillosas sonrisas en tu rostro. No sé si lo conseguiré, pero al menoso espero que pases un buen rato (¡y todo aquel pobre incauto que vea esta entrada!). De momento empizo con 5 videos que pululan por ahí.















Este último video es sólo un recordatorio...
Always you need me, I'll be there.





sábado, 4 de abril de 2009

Sólo palabras

Esta noche no tengo ganas de poner imágenes, ni de buscar música o videos que acompañen mis palabras. Simplemente quiero dar salida una vez más a lo que pasa por mi cabecita pensante, como mi buen amigo Buitrillo tiene la costumbre de llamarla.

Hoy mis pensamientos nadan en un mar de confusión, alimentados por mi necedad. Es tan fácil poner solución a las cosas, y nos gusta a veces tanto complicarlas... Quizás no sea una cuestión de gusto, ni de placer, ni siquiera de necesidad. Es posible que sea una custión de no tener más opciones, o de no verlas, o no querer verals, no estoy seguro. No, hoy no estoy seguro de nada. Lo más triste es que conocer un defecto, un fallo, no implica poder arreglarlo. Dice el refranero que querer es poder, pero hoy discrepo con todo mi corazón de eso.

De nuevo esta noche puedo comprobar que mi cerebro es un organo terrible y traicionero. No puedo escuchar una sola canción, una melodía, que no me evoque una imagen u otra que haga que las lágrimas broten de mis ojos. Hasta aquellas que siempre han sido un refugio para mi se vuelven sin remedio en mi contra. Quizás sea esto lo que necesite, limpiar un poco mi alma dándome cuenta de lo que yo mismo me niego.

Querría hacer tantas cosas, compartir tantos momentos... descubrir junto a ella un libro, leyéndoselo mientras ella esta tumbada tranquilamente, con su cabeza sobre mis piernas, hasta que Morfeo me la arrebatara, momento en que aprovecharía para verla descansar de forma plácida, acariciando su rostro, jugando suavemente con su pelo... Pasear a la luz de las estrellas hasta que nuestros pies no pudiesen dar un paso más, sentarnos y contemplar el firmamento en busca de estrellas fugaces a las que pedir deseos que jamás se harán realidad, pero que colmarán nuestros corazones; masajear sus cansados pies, mientras que nos contamos sueños, esperanzas y vivencias. Y sin embargo hoy siento esto mucho más imposible de lo que ya lo era. Hoy mi corazón siente un terrible pesar. No sé si he dado un paso en falso. Seguramente muchos. De alguna manera, la siento lejos, muy lejos de mí. Y eso me entristece sobremanera.

No sé cuánto podré dormir hoy, pero sé que mañana no se dibujará en mi rostro una sonrisa si no de una forma falsa y totalmente aparente, que mi mente estará distraida, que mi corazón estará en otra parte y no en mi trabajo.

miércoles, 1 de abril de 2009

Un día por toda la vida


¿Has pensado alguna vez que pasaría si la persona a la que amas no pudiera recordar quién eres cada día, si tuvieras que enamorarla cada despertar? Habrá quien piense en esa situación como un infierno en vida. Pero piensalo con tranquilidad... Cada día una nueva oportunidad para ver en sus ojos ese reflejo de magia, para que te bese por primera vez, para robarla el corazón y entregarle a cambio el tuyo. Un nuevo día implicaría sentir de nuevo los nervios agarrotar el estomago por intentar conquistarla, y volar mil mariposas al verla sonreir. Compartir cada nuevo día sería compartir cada día la experiencia de redescubrirse uno al otro.

Y sin embargo muchas veces hemos de dejar partir a quien amamos, muy a pesar nuestra. No se trata de una actitud de cobardía, ni siquiera de debilidad. Es seguramente la más dolorosa de las decisiones que hemos de tomar, pues somos conscientes de que dejamos atrás una gran parte de nosotros mismos. Unas veces lo hacemos pensado que es lo mejor para esa persona por la que sentimos veneración; otras porque creemos, erróneamente la mayoría, que es lo que más nos conviene a nosotros mismos, y el resto porque los demás nos han influenciado para que simplemente pensemos que es lo mejor para todos.

Por mi parte, soy de la opinión de que, aunque lo deseemos, aunque lo necesitemos, aunque nos lo pidan o imploren, aunque sea la única alternativa racional, no debemos alejarnos en la medida de lo posible de aquella persona a la que amamos. Al menos no si realmente la amamos. Porque en el fondo sabemos que nuestra felicidad depende de la de esa persona, por lo que siempre procuraremos estar ahí, para poder compartir con ella en la medida de lo posible los buenos momentos, pero sobre todo para estar junto a ella en los malos y evitarla todo el dolor que podamos.

Esta entrada va a ser corta. No me siento con ánimo de seguir plasmando lo que me dicta el cuerpo. Sólo voy a pedir una cosa a quien lea estas líneas - si alguien lo hace alguna vez: disfruta de la canción de fondo. Eso es todo.

Gracias por estar ahí.

Alex