Esta noche no tengo ganas de poner imágenes, ni de buscar música o videos que acompañen mis palabras. Simplemente quiero dar salida una vez más a lo que pasa por mi cabecita pensante, como mi buen amigo Buitrillo tiene la costumbre de llamarla.
Hoy mis pensamientos nadan en un mar de confusión, alimentados por mi necedad. Es tan fácil poner solución a las cosas, y nos gusta a veces tanto complicarlas... Quizás no sea una cuestión de gusto, ni de placer, ni siquiera de necesidad. Es posible que sea una custión de no tener más opciones, o de no verlas, o no querer verals, no estoy seguro. No, hoy no estoy seguro de nada. Lo más triste es que conocer un defecto, un fallo, no implica poder arreglarlo. Dice el refranero que querer es poder, pero hoy discrepo con todo mi corazón de eso.
De nuevo esta noche puedo comprobar que mi cerebro es un organo terrible y traicionero. No puedo escuchar una sola canción, una melodía, que no me evoque una imagen u otra que haga que las lágrimas broten de mis ojos. Hasta aquellas que siempre han sido un refugio para mi se vuelven sin remedio en mi contra. Quizás sea esto lo que necesite, limpiar un poco mi alma dándome cuenta de lo que yo mismo me niego.
Querría hacer tantas cosas, compartir tantos momentos... descubrir junto a ella un libro, leyéndoselo mientras ella esta tumbada tranquilamente, con su cabeza sobre mis piernas, hasta que Morfeo me la arrebatara, momento en que aprovecharía para verla descansar de forma plácida, acariciando su rostro, jugando suavemente con su pelo... Pasear a la luz de las estrellas hasta que nuestros pies no pudiesen dar un paso más, sentarnos y contemplar el firmamento en busca de estrellas fugaces a las que pedir deseos que jamás se harán realidad, pero que colmarán nuestros corazones; masajear sus cansados pies, mientras que nos contamos sueños, esperanzas y vivencias. Y sin embargo hoy siento esto mucho más imposible de lo que ya lo era. Hoy mi corazón siente un terrible pesar. No sé si he dado un paso en falso. Seguramente muchos. De alguna manera, la siento lejos, muy lejos de mí. Y eso me entristece sobremanera.
No sé cuánto podré dormir hoy, pero sé que mañana no se dibujará en mi rostro una sonrisa si no de una forma falsa y totalmente aparente, que mi mente estará distraida, que mi corazón estará en otra parte y no en mi trabajo.
Óperas en la Complu
Hace 16 años
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