martes, 26 de mayo de 2009

Segunda parte

Lo prometido es deuda. He aquí la segunda parte del relato que puse hace unos días. Espero que os guste,

Alex




Fue hace no mucho cuando aquel muchacho encontró aquél fantástico ser, si es que de un ser se trataba. Se encontraba de camino a su hogar tras una dura jornada de trabajo en el campo. La noche comenzaba a asomar oscureciendo ya gran parte del cielo cuando aún se encontraba lejos de su casa. Sólo él se encontraba en aquel camino cuando decidió hacer un descanso y, aprovechando que al día siguiente no tendría que volver a la labor, disfrutar de la belleza que las noches de verano de aquel lugar ofrecían. Con tal fin se alejó del camino y se tumbó bajo un árbol a descansar. La luna brilla creciente en el cielo, pudiendo apreciarse su parcial esplendor reflejado en unas pequeñas lagunas que había a lo largo del campo. La visión de aquella maravilla siempre le relajaba. Sus ojos empezaban a cerrarse. De pronto, continuas ondulaciones empezaron a formarse en el agua. Un frío viento del norte se estaba levantando. Las ropas sudadas durante todo el día eran livianas y a duras penas le protegían de aquel frescor que comenzaba a levantarse, así que decidió buscar un sitio un poco más resguardado para descansar.

No muy lejos de donde se encontraba existía una pequeña hondonada rodeada de árboles no muy altos, lo suficiente como para cortar el viento y permitir usar aquel espacio como refugio, pero no impedir contemplar el firmamento tal y como él deseaba. La tierra estaba cubierta por un espeso manto de hierba, por lo que al recostarse sobre el suelo notó una placentera comodidad. Con la cabeza apoyada sobre sus manos, volvió su vista hacia las estrellas. La cantidad de puntos brillantes en la oscuridad de la noche era ahora mayor, pudiéndose apreciar con gran facilidad las distintas constelaciones de aquel mes veraniego, si bien su atención se centraba siempre en una de ellas. Trece estrellas formaban el cuerpo de ésta, si bien muchas estrellas menores estaban encerradas en la imagen formada siglos atrás por los antiguos sabios, trece estrellas que conformaban la constelación de Draco. No había una explicación lógica para aquella predilección. No era ni la más brillante, ni la más hermosa de entre todas. Simplemente había algo en la mitología de su creación que le atraía. En ella, el dragón Ladón era el guardián del jardín de las Hespérides, donde encontró muerte a manos de Hércules cuando este fue allí a robar el fruto del árbol de Gaia. Hera, sintiendo la gran pérdida de su fiel guardián envió el cuerpo de éste al cielo, alrededor del polo norte. Desde entonces, todos los dragones del mundo, desean poder seguir el ejemplo de Ladón y ganarse el favor de los dioses para que éstos les concedan un lugar junto a él entre las estrellas. Era este sueño, esta esperanza de un bien superior posterior, lo que le animaba y permitía seguir con el cotidiano día a día.

Con esa imagen en la cabeza se le entrecerraron los ojos, cayendo en un leve letargo. Sueños de fantasía y seres mitológicos se cruzaban por su mente cuando súbitamente se despertó. No fue un sobresalto, simplemente abrió los ojos y tomó conciencia de nuevo de quién era y dónde estaba. Suspiró de manera profunda por el pasajero sentimiento de pena que atravesó su corazón y volvió de nuevo su vista hacia las estrellas. Pero… algo era distinto. Había una luz que no le era familiar entre las estrellas de Draco, y no sólo eso… ¡Se movía! Aquella pequeña luz se movía por entre sus congéneres de manera lenta y aleatoria, sin seguir un rumbo fijo, como si de un copo de nieve que cayera lentamente se tratara. Y como tal fue acercándose más y más hasta donde él estaba.

No podía salir de su asombro al ver lo que estaba sucediendo. Aquella luz estaba cada vez más cerca, pero no aumentaba su tamaño, ni su luz se hacía tampoco más intensa. No pudo menos que incorporarse, como si con ello consiguiera una mejor posición para observarlo todo. Frotó con energía sus ojos, intentando borrar de ellos lo que no podía por menos pensar era un espejismo. La luz estaba ya cerca. Alzó sus manos hacia la luz para recogerla en su caída. Poco antes de que se posara en ellas, notó el tibio calor que ésta despedía. Con ella ya sobre sus palmas, bajo sus manos hasta la altura de sus ojos para contemplar aquel fenómeno. Instintivamente cerró los ojos, pensando que se quemarían ante una luz cegadora como sería la propia de una estrella, pero abrió los párpados un poco y pudo comprobar que nada más lejos de la realidad. La luz que emitía, si bien tremendamente clara, no era en absoluto molesta, y menos aún dolorosa. Intentó apreciar alguna forma o contorno, tratando de discernir que era aquello que estaba entre sus manos. No fue capaz, por mucho que forzó su vista, de ver silueta alguna, ni el más mínimo resquicio.

Sin embargo, algo le impulsó a acercar la luz a su corazón, contra su pecho. Y fue en ese mismo instante cuando conoció la verdadera naturaleza de aquella luz, cuando el tibio calor que sentía en sus manos se transformó en una ardiente pasión en su corazón. La luz desapareció dentro él, haciendo que hasta la última célula de su cuerpo despidiera ahora ese calor. Su cuerpo empezó a emitir un leve destello, como si aquella luz y él mismo fueran ahora un único ser. Y en parte así era. Envuelto en aquella nueva sensación, no pudo más que dejarse llevar, cerró sus ojos y echó su cabeza hacia atrás, intentando sentir de la forma más completa lo que le estaba pasando, apartando el resto de sus sentidos del mundo que le rodeaba. Aquello no duró más que unos segundos, pero para él fue toda una vida. Exhaló el aire que aún contenían sus pulmones, momento en el cual la luz volvió a aparecer por su pecho, si bien la sensación de calidez no le abandonó. Abrió los ojos y contempló de nuevo la luz, que estaba deslizándose lentamente hacia el suelo. La recogió entre sus manos otra vez. Su luz ahora no era tan intensa, pero aún así le seguía resultando imposible distinguir forma alguna. Aunque ya eso daba igual.

Continuará...

3 comentarios:

ThreeStarS dijo...

Ay ALEX! Cómo me haces esto!! me vas dejando con intriga de una continuación a otra!

Me gusta mucho lo que escribes y cómo lo haces. Utilizas siempre las palabras justas para expresar lo que realmente quieres decir.Tienes un don!

Gracias por escribir!

Un besazo.

Isa!

ThreeStarS dijo...

Después de tanto tiempo, he vuelto por aki! Acabo de leer las dos partes de tu historia seguidas y la verdad es q me han gustado muxo, has conseguido q me meta en esta fantasía!
Como Isa, tb estoy deseando leer la tercera parte! me tienes intrigada jeje!
Kizá un día escribas un libro... kien sabe!!
1bsazo!!!
*Sara

Alex dijo...

Sois demasiado buenas con vuestras criticas jejeje Aún así, muchísimas gracias por haberlo leído todo y por estar ahí, que es más importante aún. Hoy dejaré puesta la que seguramente sea la penúltima parte de la historia, a ver que os parece.

Un besazo a las dos!